Tras años y años yendo a la playa con Eleniten, Guille y Georgito, y los cubos, las palas, las colchonetas, los manguitos, las pelotas,... este es el segundo año (click, para la entrada del año pasado) que hacemos nuestra escapada de final de junio los dos solos, MJ y yo, como si fuéramos novios, que lo somos, con la única obligación de desayunar, playa, comer, siesta, playa, paseo, cena y dormir. Intercalamos algún novelón pendiente y, como esta tarde, algún apunte aprovechando los últimos momentos del día. Estos días son, ¿cómo te diría yo?, como si fuera un reencuentro tras el laargo curso que ya termina; liquidamos temas pendientes y comentamos lo que viene, y le vuelvo a decir lo de todos los años: el próximo a ver si podemos pillar una semana...
El apunte, desde la hamaca, en Moleskine con ese Pilot de Steadtler que, el sábado pasado, Oskar me dijo que tenía la puntita doblada.
¿Que no sabes quién es Oskar? Cualquier día te lo cuento.
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