Sigo con las probatinas de mi nuevo cuaderno,, esta vez con una de esas bordas que tanto abundan en los Pastos de Viadós (click), uno de los pocos valles pirenaicos que han conseguido mantenerse libre de telesillas, cables, coches, turistas, ruidos, apartamentos, basura,...
Pasé de crío unos fantásticos veranos en el campamento Virgen Blanca, a donde volví hace un par de veranos en el "Día de Padres" para ver a George. Menudo verano aquel: todo el parque movil jodido, si no llega a ser por mi cuñado, que nos dejó su carro aquel domingo, y eso que tampoco andaba muy fino...el coche quiero decir, mi cuñado anda fino de verdad:)