El caso es que, como todos los años, nos fuimos para Lanuza el pasado
sábado por la tarde a disfrutar, como todos los años, de la Ronda que se
celebra con motivo de sus fiestas y que marca, de alguna manera, el
inicio del fin del verano. Y por ello la tarde se presentaba
fantástikamente fresca, sobre todo después de la semana de calor que he
llevado en Huesca; los gabachos, de pura envidia, habían soltado la
boira pero a mi poco me importó porque me sentí revivir, de manga corta, hasta que
nos volvimos para Sallent...y eso que MJ llevaba puesto su forro polar, el mío y
otro que no sé de donde sacó...parecía Popeye.
Como teníamos planeado con la mujer de Antonio subí con un cargamento de más de cien fritos de crema para repartir en su casa y que me agradecieron dedicándonos una jota que nunca olvidaré. Hasta creí por momentos que era un churdo más...el año que viene más.
El apunte es de la entrada al pueblo, la Foratata al fondo, la Iglesia, las chemineras y sus espantabrujas, pueblo muy felizmente resucitado después de que la construcción del pantano a primero de los setenta los dejara sencillamente amortajado.
En memoria de MarcosG, a quien nunca llegué a conocer, pero cuya casa cerrada me ha hecho atar cabos en esta tarde de domingo. (click)
En memoria de MarcosG, a quien nunca llegué a conocer, pero cuya casa cerrada me ha hecho atar cabos en esta tarde de domingo. (click)
3 comentarios:
Pues nada, que me has hecho llorar. No sé si nos conoceremos antes, pero otro año SEGURO!!!
Un abrazo, muy, muy, muy fuerte.
Trimbolera ten por seguro que nos conoceremos antes porque este curso tengo de deberes subir un finde al mes a Sallent, y ya sabes lo agradable que es ese paseito hasta Lanuza aprovechando el sol de la tarde en invierno...
Nos vemos, fijo.
Me estoy empapando de tu blog y emocionando mucho, tengo que decírtelo. Besicos.
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