Cuando no sabes qué pintar no hay nada como coger por los cuernos lo primero que tienes delante, sin darte siquiera tiempo para elegir, o pensar, o decir,... estas tontadas pequeñas llenan los ratos tontos como nada y encima quedan de lo más resultón, lástima que quedan encerradas para siempre en su cuaderno.
Hacía mucho tiempo que no usaba pincelicos tan finos, yo que, últimamente, se me hace pequeño hasta uno plano del 12 con el que acabo las acuarelas con dos pasadas. Hace esto verdad mi vieja teoría de que cuanto más fino es el pincel más te complicas la vida; casi me tentó la idea de pintar hasta los dientes de la cremallera, suerte que me supe contener.
Esta tarde vuelvo a la nieve, que aún me quedan ganas.
Schmincke sobre Arches de 300, ¡así cualquiera!
2 comentarios:
Te ha quedado fantástico a pesar del pincel fino que da mucho más trabajo.
¿cuales son las de verdad?
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