Creo que estamos gastando la primavera demasiado deprisa, en nada nos plantamos en el cuarenta de mayo, el cumple de Guille.
Mismo
banco, misma hora, misma espera, mismo cuaderno, mismo Pitt, mismo
cielo, mismo dibujante, mismo airecillo,...pero, esta vez, en lugar de
dibujar de derechas voy de izquierdas.
La
parte trasera de la Catedral luce de manera especial al atardecer desde
la zona de Huesca conocida como Almériz donde la vista que ofrece el
casco viejo, con sus tonos de piedra rancia y carcomida por el paso del
tiempo, me resulta especialmente atractiva.
Hay que aprovechar estas tardes al máximo; cualquier día empezamos con las olas de aire africano, eso que en mis tiempos llamábamos verano, y se nos joroba el plan.
Y lo dicho, Pitt de FaberCastell sobre el Moleskine de Susana.
Que no, que no le puedo meter acuarela a este papel, entérate.
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