NOCITO

Este verano, caluroso hasta decir vale, el trabajo pendiente para las fiestas de San Lorenzo, que empiezan este lunes y, sobre todo, la agobiante proximidad de mi exposición de Noviembre, son circustancias que hacen que casi haya abandonado mis blocs de apuntes, y que mi dedicación artística, casi en exclusiva, sea pintar acuarelas. Acuarelas que, por supuesto, publicaré en este blog a su debido tiempo. Por eso tiro de archivo y, antes de recogerla en la carpeta de estas tonterías, aqui tienes esta que pinté uno de los últimos días de Junio, en el estudio, mientras mis alumnos acuareleros terminaban sus trabajos para no dejarlos colgando hasta despues del verano.

Es una vista del precioso pueblo prepirenaico que se llama Nocito, en el valle del mismo nombre. Un poco a desmano desde Huesca, no lo voy a negar, casi cuesta ir una hora para unos cuarenta kilómetros, si llegan, pero la excursión vale la pena.

Hubo un tiempo que casi estaba deshabitado, pero ahora, con el descubrimiento que los franchutes han hecho de la Sierra de Guara, parece que ha vuelto a la vida hasta el punto que hay incluso algún pequeño güariche donde tomarte una cervecita fresca o un café.

Durante muchos veranos una de las últimas excursiones que hacíamos con los Bicinitos, ya casi mediado septiembre, era al barranco de la Pillera, camino del Tozal de Guara, donde baja el agua tan limpia que puedes ver el fondo de cada badina, y tan fría que el baño es un verdadero acto de fe y locura.

Días fantásticos, en familia, cuando los niños eran sólo niños, y carecían de preocupaciones más "mundanas"... pero, en cualquier caso, ¡que nos quiten lo bailao! En sitios como este hemos llenado nuestro cajón de buenos recuerdos hasta reventar.
Acuarelas Schminke, Pilot, y el papel... de padre desconocido, tal vez Canson.