domingo, 2 de octubre de 2011

SALAS, ¿CUANTAS VAN YA?

Esta tarde hemos ido a Chepiland a llevar a William porque ha venido de finde (se le vió preocupado al llegar) y como se tenía que llevar tanto equipaje, que más que a Chepi parecía que se iba al Polo, hemos decidido cambiar la siesta por un paseo en coche.
Y que paseo. Ha conducido a la ida y, si a mi ya legendario pánico de copiloto le unes que corre siempre más de lo que yo desearía...., en fin.
Total que cuando estábamos volviendo ha llamado George porque se había presentado en casa Bicinito (mi prima de riesgo, esa si que es una prima de riesgo es toda regla) a pasarme inspección y llamarme al orden por mi reciente susto. Así ha sido. Que puñetera casualidad que bajaba de Sallent sola con Carlitous camino de Chepiland y de saberlo me habría ahorrado el viaje.


Luego me he sentado en la terraza -¡primeros de Octubre y en la terraza!- y he recordado este apunte que hice hace tres o cuatro primaveras de lo que se ve más alla de la barandilla.
¿Que cómo se llama la Ermita?
Creo que si busco aún encontraré alguna que otra Ermita de Salas; de esta no recuerdo qué acuarelas pero el papel es de Guarro, eso seguro.

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