Esto de pintar, a parte de la faceta de egoismo puro y duro que lo rodea, (ya sabes que soy de la opinión que hay que pintar lo que a uno le gusta y le satisface sin casarse con nada ni con nadie), me ha dado el inmenso placer de conocer personas estupendas que, seguramente, si no fuera por esto jamas habría conocido, hasta el punto de poder afirmar, sin miedo a equivocarle, que la pintura me ha dado infinitamente más de lo que yo haya podido aportar.
Y viene esto a cuento porque, cuando estaba revolviendo en la carpeta de "cadáveres muertos" a fin de hacer una entrada esta noche y despedir el mes ya que mañana, y durante tres días, asisto al "V Curso de De Vuelta Con El Cuaderno" y no estaré para estas cosas, me he topado con este dibu de hace días y en el que apunté la Ermita de Fabana, ruina (una más) de la Sierra de Guara, camino preferido para subir al Tozal de Guara de uno de estos magníficos muchachos que me honran con su compañía en el estudio casi todos los miércoles por la tarde.
Ermita por la que pasamos hace ya casi tres años en una fría y nevada mañana de febrero que recuerdo con especial afecto. A ver si pasa esta racha maldita y retomamos las buenas costumbres...creo que mi escala de valores, últimamente, está sufriendo un espectacular vuelco del que daré cumplidas explicaciones llegado el momento.
Ahora no, no te empeñes.
Bueno, Pilot sobre Moleskine....¡¡y tres días por delante para dibujar sin parar!!
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