Espero, como todos los años, que sea algo pasajero este desánimo que me invade al terminar el verano, y más que el verano, del que me desagrada cada vez más su calor, las vacaciones.
Todos los años cuando volvemos de Sallent, al salir al llano de Biescas tras pasar el congosto de Santa Elena, me embarga esta especie de melancolía, la dasazón de volver a la rutina, a la repetición de escenarios y gentes, al más de lo mismo....y todos los años cuando volvemos de Sallent, al salir al llano de Biescas tras pasar el congosto de Santa Elena, intento animarme pensando en lo afortunados que somos de poder pegarnos quince días de vacaciones con nuestros hijos, que ya empiezan a ir y venir, pero vienen, cuando hay gente que no tiene donde ir de vacaciones o simplemente no las tiene porque la vida les ha señalado con el indice de la mano izquierda....cualquiera, hasta yo mismo, diría que soy muy afortunado, extremadamente afortunado, pero esta especie de desánimo me acompaña, siempre, los primeros días de Septiembre.
Ya has comprobado, porque me sigues habitualmente, que este verano no he sido muy pródigo ni en obra ni en entradas, pido disculpas, y eso que tenía unos de esos artilugios con los que te puedes conectar a Internet desde culquier sitio, un bloc nuevo de papel de acuarela hecho a mano que prometía ni lo sé, un par de encargos, que al final han quedado aparcados para este otoño,...
Esta foto es del Aguas Limpias a su paso por Tornalizas, a donde subimos una tarde con toda la gente joven a estirar las piernas (no llega a quince minutos andando), sitio al que he estado yendo todos los veranos de los últimos cincuenta años, aunque sólo sea a sentir el fresco que sopla del norte y escuchar el murmullo del río y del campo. Puedo estar ratos y ratos absorto mirando esto que ves, empapándome del paisaje hasta no saber el tiempo que ha pasado. Al fin y al cabo, eso también son vacaciones ¿no?
Pero también opino que hay que zambullirse en las vacaciones de golpe y hasta el fondo para tener, en un par de días, la sensación de que llevas alli un mes, que no te acuerdes de nada de nada, y así te diga Becinito, el último día, que no se ha enterado y que cómo es que ya nos tenemos que marchar.
Y esta acuarela es de la Exposición que hice en el 2007, cuyas imágenes voy sacando en estos momentos en los que carezco de obra reciente. Corresponde a la Iglesia de Arrens, pueblecito del Pirineo franchute, al otro lado del Balaitous, donde hace tiempo, a principio de Julio, celebraban un encuentro anual de pintores, al que fuí invitado en varias ocasiones. Aunque dejó de convocarse, me queda esta acuarela y, sobre todo, me quedan unos muy agradables recuerdos.
Arches de 300grs y Schminke.
Como todos los veranos las escapadas a Gabachilandia se han sucedido con cierta regularidad, a comprar queso y pates y a disfrutar de cómo se debe cuidar el paisaje.
Prometo ser más aplicado. Buena rentrée.
Todos los años cuando volvemos de Sallent, al salir al llano de Biescas tras pasar el congosto de Santa Elena, me embarga esta especie de melancolía, la dasazón de volver a la rutina, a la repetición de escenarios y gentes, al más de lo mismo....y todos los años cuando volvemos de Sallent, al salir al llano de Biescas tras pasar el congosto de Santa Elena, intento animarme pensando en lo afortunados que somos de poder pegarnos quince días de vacaciones con nuestros hijos, que ya empiezan a ir y venir, pero vienen, cuando hay gente que no tiene donde ir de vacaciones o simplemente no las tiene porque la vida les ha señalado con el indice de la mano izquierda....cualquiera, hasta yo mismo, diría que soy muy afortunado, extremadamente afortunado, pero esta especie de desánimo me acompaña, siempre, los primeros días de Septiembre.
Ya has comprobado, porque me sigues habitualmente, que este verano no he sido muy pródigo ni en obra ni en entradas, pido disculpas, y eso que tenía unos de esos artilugios con los que te puedes conectar a Internet desde culquier sitio, un bloc nuevo de papel de acuarela hecho a mano que prometía ni lo sé, un par de encargos, que al final han quedado aparcados para este otoño,...
Esta foto es del Aguas Limpias a su paso por Tornalizas, a donde subimos una tarde con toda la gente joven a estirar las piernas (no llega a quince minutos andando), sitio al que he estado yendo todos los veranos de los últimos cincuenta años, aunque sólo sea a sentir el fresco que sopla del norte y escuchar el murmullo del río y del campo. Puedo estar ratos y ratos absorto mirando esto que ves, empapándome del paisaje hasta no saber el tiempo que ha pasado. Al fin y al cabo, eso también son vacaciones ¿no?
Pero también opino que hay que zambullirse en las vacaciones de golpe y hasta el fondo para tener, en un par de días, la sensación de que llevas alli un mes, que no te acuerdes de nada de nada, y así te diga Becinito, el último día, que no se ha enterado y que cómo es que ya nos tenemos que marchar.
Arches de 300grs y Schminke.
Como todos los veranos las escapadas a Gabachilandia se han sucedido con cierta regularidad, a comprar queso y pates y a disfrutar de cómo se debe cuidar el paisaje.
Prometo ser más aplicado. Buena rentrée.
3 comentarios:
Aunque no me parece un consuelo aceptable....mal de muchos..pues eso.
Un abrazo
Gracias, Susana, por tus ánimos.
Lo de Gabachilandia no se me olvidará ya nunca. Nosotros también vamos todos los años a hacer acopio de patés, quesos, chocolates ... en fin, es como un ritual, algo que se necesita hacer aunque sólo sea por el placer de pasar la frontera y bajar aquellas curvas que no son tanto placer cuando los gabachos suben de vacaciones. Gabachilandia, que bueno!!
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