Me contrataron hace unos años para dar unos cursos en un pueblo de los Monegros. Me tiraba toda la tarde en San Lorenzo del Flumen; al principio la vuelta era de noche, luego llegó el cambio de hora, alargaba el día, empezó la primavera...con esos campos verdes, cielos henchidos de lluvia, brillos, reflejos, aroma a campo mojado,...se me quedaron esos colores en la memoria, al igual que unos años antes cuando bajabamos con Chinestra a Sariñena para participar en Estepárea, en plena orgía campestreprimaveral con la alfalfa insultantemente verde.
Parece mentira que unos kilómetros más allá hicieran películas del oeste como si eso fuera el desierto (que lo es) de más allá del Missisipi.
Parece mentira que unos kilómetros más allá hicieran películas del oeste como si eso fuera el desierto (que lo es) de más allá del Missisipi.
2 comentarios:
¡Verde que te quiero verde...!. ¡Qué difícil son los verdes de Aragón!, rotundos en sus sombras negras y frágiles dorados en la luz. ¡Que bien los has pillado!.
http://devueltaconelcuaderno.blogspot.com/2010/08/de-vuelta-por-ores-con-el-cuaderno-de.html
Es cierto: la variedad de paisaje que nos ofrece la naturaleza cada día... Bonita acuarela.
Un abrazo! :)
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