El pueblo de Sopena.
Para empezar haces el dibujo, corriendo incluso el palomar de la casa de Espe un poquito a la izquierda para que salga donde quieres, marcas sombras, volúmenes, árboles y tejados, y sale este apunte-boceto........del que sale, a su vez, la acuarela que tienes a continuación:
Desde el cementerio.
He querido acentuar el contraste que había entre las fachadas blancas, casi insultantemente blancas, y los tonos sepia, terrosos de la iglesia. Y esos campos secos, por el frío del invierno, de torrocos y pajas, que llenan estos pueblos de ancianos y casas cerradas esperando el buen tiempo.
Arches, Schminke y, en el primero, Pitt de FaberCastell.
3 comentarios:
Me alegra comprobar que, efectivamente, hay pintores para los que el boceto cumple su verdadera función de ponerle a uno en posición para hacer algo más grande y mejor. A mí me suele pasar lo contrario. Muy buenos tanto el boceto como la acuarela. Un saludo.
Kubi:
Hay veces, demasiadas, que el boceto queda mejor que la obra final...¿No te parece?
preciosos!
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